Antes del surgimiento del Imperio Inca, el trabajo duro y el ingenio ya se estaba desarrollando en unas montañas cerca de lo que ahora conocemos como el ombligo del mundo, cuzco.
En Maras, una cuidad peruana, hay una corriente subterránea a la superficie que sus aguas eran ricas en sal. En las profundidades hay un vasto depósito de sal, tal vez los restos de algún océano prehistórico, cientos de kilómetros del mar. Esto llevó a una pequeña pero importante industria local y suministro de comunidades indígenas mediante la sal.
Todavía existen los estanques que fueron creados por los incas para evaporar el agua y dejar solo la sal. También se trabaja hasta el día de hoy con la misma forma que heredaron de sus antepasados, los incas.
El estanque de sal de Maras están situados a lo largo de un camino de tierra de la carretera principal entre Cuzco moderno y los pueblos de los alrededores. Incluso hoy en día se considera inaccesible, siendo una carretera vertiginosa y montañosa.
En el tiempo de los incas el transporte de sal al gran imperio debe haber sido una hazaña increíble. Sin embargo, desde su origen su construcción fue tan sencilla. Durante siglos una red de estanques fueron creados con un ingenioso método de control de agua que garantiza un suministro constante de la valiosa mercancía.
La cantidad de estanques es de varios cientos y todos fueron creados deliberadamente para ser inferior a cuatro metros cuadrados de superficie, con una profundidad siempre de menos de treinta centímetros. Estas medidas casi exactas deben haber sido alcanzadas por un sistema minucioso de ensayo y error. Sin embargo, valió la pena.
La construcción debe haber tomado generaciones. Las aparentemente innumerables estanques fueron construidos por el lado de la colina, así que a medida que la altitud disminuye el agua se dejó fluir a través de una compleja red de pequeños canales, extendidos lento pero seguro a medida que aumentaba el número de estanques.
En el lado de cada estanque hay una salida para el canal, a través del cual el agua puede ser liberada cuando se necesite para su estanque.
Los habitantes locales desarrollaron un sistema de cooperación que permitió la recolección de sal, que todavía es usado en la actualidad.
El intrincado sistema en Maras exigió una respuesta compleja en la comunidad. Asi que eligieron un sistema que, a nuestros ojos modernos, podría parecer sorprendente democrático.
Los habitantes locales desarrollaron un sistema de cooperación que permitió la recolección de sal, que todavía es usado en la actualidad.
A medida que el sol calienta, el agua de los estanques se evaporan. Pronto, lo que queda es mas sal solida que agua. Las paredes y el fondo de los estanques se cubren con cristales de sal de muchos tamaños diferentes.
Una vez que el agua se haya evaporado por completo, en ese momento el guardián de la laguna puede empezar a recoger la sal.
La sal viene en muchos tonos diferentes que dependen de las habilidades de los trabajadores.
La comunidad que ha vivido en y alrededor de los estanques de sal de Maras para tantos cientos de años se llama Kachi. No debe ser ninguna sorpresa descubrir que Kasi se traduce como sal en el idioma local.
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